Juan Sorini: "Contar la historia de amor entre dos hombres es lo que más me atrae"

Del teatro pasó a la televisión, nada más ni nada menos que a Viudas e Hijos del Rock and Roll, la novela éxito de Telefe. Sin escalas. Allí, el rosarino Juan Sorini (31) interpreta a Tony, el petisero de la familia Arostegui que se enamora de su patrón, Segundo (Juan Minujín).
Con su historia de amor, el actor traspasó la pantalla y convirtió a su personaje en uno de los atractivos fuertes de la tira.
Ciudad.com habló con Sorini de su debut en la pantalla chica, la fama que cosechó por su trabajo y sus dotes de galán. Además, anticipa: "Estoy abierto al amor, y sin ningún amor en especial".
-¿Cómo vivís este presente laboral en Viudas, un debut con tanto éxito?
-Estoy más que feliz y agradecido. Ha sido todo muy de golpe, pero a la vez no ha sido agresivo. Tengo compañeros que me han ayudado mucho, más que nada los que más me frecuentan, como Juan Minujín, Violeta Urtizberea, Luis Machín, Ludovico Di Santo y Paola Barrientos… todos me han ayudado mucho. Es una tira enorme, con un elenco espectacular y una historia que fue creciendo día a día con la gente, con el boca a boca. Estoy muy feliz y muy enfocado en seguir construyendo a este Tony que tanto cariño le tengo.
-El personaje fue creciendo capítulo a capítulo, pero cuando te llegó el guión y la propuesta, ¿tuviste algún prejuicio sobre el qué dirán, siendo tu primer desembarco en la televisión?
-En el primer casting me dijeron de qué se iba a tratar y lo pedí a gritos, haciendo lo mejor. Audicioné y me fui de ahí diciendo: "¡Por favor!", porque sentí que iba a poder. Si bien el guión ya venía con un Tony que iba a aparecer de a poco, mostrando cositas, me iba a ir curtiendo con el tiempo. No tuve ningún prejuicio y tampoco lo tengo. Contar la historia de amor entre dos hombres es lo que más me atrae, porque es una historia donde se identifican mucho las mujeres y los hombres, porque hay mucho amor, ternura y algunas trabas… El público dice: "¡Vamos, anímense!". Tony es bueno, pero no es un bueno y nada más; tiene inocencia, bondad, ternura. Es muy verdadero, muy fiel. Él se enamoró y va por lo que quiere. Pero cuando se encuentra con algo que desconoce, el susto lo invade... Y es ahí donde se pone muy rico.
-No entrás a la ficción a destruir una pareja, no cargás con esa culpa…
-No, tal cual. Tony siente que no está haciendo nada malo.
-El personaje te convirtió en un nuevo galán, ¿cómo te llevás con la repercusión de tu trabajo?
-Me llevo bien, es el resultado de años de buscar algo y de trabajar de lo que me gusta. Me preocuparía si voy por la calle y nadie repara en Tony....El reconocimiento fue creciendo como la historia, muy de a poco, con el boca a boca, y me fui acostumbrando de a poquito, no se me vino nada encima. Ahora sí, en la calle es "hola Tony" o me preguntan por Segundo. Estoy muy contento porque es la consecuencia de que las cosas se están haciendo bien.
-Por tu personaje recibís piropos masculinos y femeninos, ¿te incomoda o lo vivís con naturalidad?
-No me incomoda para nada. Está bien que la gente, tanto hombres como mujeres, se identifiquen, porque es una historia que defiende el amor. El taxista me dice: "Mi mujer está enloquecida con Tony". Están enloquecidas con ese no poder, con el deseo. Si bien hay todo un movimiento de militancia por los derechos, por la aceptación, los tabúes aún están… Yo creo que si fuera una pareja heterosexual no llamaría tanto la atención.
-Saliendo de la ficción, ¿cómo se encuentra tu corazón?
-Mi corazón se encuentra bien, en la búsqueda de lo que pueda aparecer, y siempre abierto a encontrar a alguien con quien compartir momentos: el desayuno, una cena, una siesta, una película. Ahora no tengo ninguna relación. Vivo solo, soy bastante tranquilo.
-¿La fama aumentó el nivel de conquista?
-Sí, no sé, no lo pude poner en la práctica todavía. Sí ha abierto cierta curiosidad, más curiosidad que cuando no me conocían. Soy bastante cauto con todo eso, hay que ser cuidadoso para no lastimar ni salir lastimado. Hay una curiosidad mayor en relación a querer conocerme, y me parece que está bien que pase eso. Me cuidaré y me manejaré como puedo. Estoy abierto al amor y sin ningún amor en especial.

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