Carina Zampini | “no volvería con Sebastián Estevanez"

¿Repetirías la fórmula con Sebastián Estevanez?
Sí, pero no en un futuro inmediato. Entiendo que la gente se cansa”. Así respondió Carina Zampini a una pregunta que le hacen todos los días, más cuando el público le pide que el actor vaya de invitado a “Morfi, todos a la mesa”, el programa que marca su debut como conductora junto a Gerardo Rozín por la pantalla de Telefe.
Tras el enorme éxito de “Dulce amor” y el menor pero valioso de “Camino al amor”, la pareja de “Zampivanez” tomó rumbos distintos siempre con la mejor onda entre ellos.
En una nota al diario Perfil, Carina habló sobre las telenovelas en la tele de hoy.

¿Este es un año en que mejor descansar de las ficciones?
—Si yo manejara la conducción desde hace diez años, podría tomármelo como planteás: salgo cuando la ficción está un poco difícil y me pongo a conducir. No es el caso. Calculo que te referirás a Entre caníbales.
:Lo digo en general, pero si querés  en particular
.
Esperanza mía está funcionando muy bien, Las mil y una noches está andando muy bien, aunque no es producción local. La que no funciona como se esperaba es la de Campanella. ¿Genera miedo en el actor ver que una propuesta como “Entre caníbales” no funciona?
—Hay circunstancias externas y otras que ellos se estarán replanteando. También tiene que ver con momentos sociales. Todo influye, si no tendríamos que pensar que nada más va a funcionar: tienen al ganador del Oscar, un gran elenco y una inversión increíble. Listo, bajemos la persiana… Y no es así. Nosotros hicimos Dulce amor y fue un suceso, pero tampoco eso tiene una explicación.

—Hoy muchos se plantean que hay que volver a los culebrones clásicos. ¿Creés que “Dulce amor” fue valorada?
Cuando empezamos, veníamos de unos años donde las novelas tendían a tener dentro un lugar oscuro. Hasta Padre coraje lo tuvo, con su “logia”. Ni hablar de Resistiré o Vidas robadas. Se venía con esa tendencia y de pronto aparece Dulce amor, que parecía viejo, de la época de Romay...

—Nombraste a Romay. ¿Creés que en la actualidad podría haber uno como él?
Hoy se trabaja con muchas productoras independientes. No existe la posibilidad de autoabastecerte pero si existiera, sí. Hay gente muy talentosa y apasionada como Alejandro, que podría estar en todo. Cuando trabajé con Adrián Suar en Por el nombre de Dios, él no paraba. Adrián era Alejandro. Cuando estaba en su motorhome después de haber laburado todo el día y grabado durante toda la noche, le llegaban los tapes para ver lo que había hecho él, la ficción que iba a otra hora y la que estaban por grabar. Las miraba, chequeaba, leía los guiones… acompañaba con pasión y compromiso todo lo que se hacía en Pol-ka. Ama a los actores de la misma manera que lo hacía Romay

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