Dres Jekyll’s y Mrs Hyde’s


Los tres chef internacionales consiguieron convertirse en el jurado más crítico y respetado de la televisión, hasta que se enfrentaron con el desafío de llegar a los más chicos.
Donato de Santis, Germán Martitegui y Christophe Krywonis demostraron durante dos temporadas de MasterChef que más allá del entretenimiento que busca un reality en pantalla existe la rigidez y hasta el castigo para quienes no cumplían con el objetivo; consiguieron lágrimas y hasta rozaron la agresión con sus devoluciones, órdenes e ironías. Sin embargo, en paralelo llegó el mismo formato pero infantil y la personalidad que adquieren los miércoles está cada vez más lejos que la que muestran los viernes en el prime time de Telefe.
MasterChef junior prometía diferenciarse de su versión original por las edades de los participantes y las exigencias de las recetas, pero los primeros que dieron un paso al costado fueron los jueces y se convirtieron en una suerte de maestros, hasta con un costado paternal que se aleja del juego ante los ojos de quienes parecían ser quienes estaban a prueba y edición tras edición los pone a prueba a ellos.
La sorpresa, la ternura y la emoción los deja afuera de la autoridad que los hacía dueños del formato y por más que sean los mismos quienes tienen la última palabra parecen no serlo con tan sólo un día de diferencia entre MasterChef y MasterChef junior.

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