El contacto espiritual que tuvo Gustavo Yankelevich con Romina Yan, su hija fallecida


Poco después de la emotiva nota que le hicieron en 'Perros de la calle', Gustavo Yankelevich dio una nueva entrevista a corazón abierto en la que reveló una serie de situaciones que le hicieron sentir que su hija, estaba más presente que nunca.

En una charla con Silvina Ajmat para La Nación, el productor rememoró distintos episodios que, a pesar del inmenso dolor que le provocó la muerte de Romina Yan, le dieron la fuerza necesaria para seguir adelante.

Una de ellas, cuenta, ocurrió un mes después de la tragedia. Salía por primera vez a comer afuera con Rosella, su mujer y mientras iba manejando, comenzó a llorar. Ella le propuso regresar a la casa, pero él se negó. Decidió estacionar unos minutos. Llovía bastante y fue entonces que ocurrió lo impensado: "de todas las gotitas que había en el parabrisas, se formó una y bajó. Vi esa gota y sentí una cosa muy especial. Sentí una felicidad enorme, que Romina estaba, que era ella. Lloraba y me reía y le dije a Rosella: ‘debés pensar que estoy loco’ pero la sentí a ella".

Lo que sigue es, sin duda, revelador: "Al día siguiente fui a terapia y le conté el episodio a mi psicóloga (la misma a la que iba su hija). Ella tiene un mueble detrás suyo, lleno de libros y carpetas. Me dio una carpeta y me mostró unos dibujos de Romina. Eran diez gotas de agua. En mi vida supe que ella dibujaba gotas de agua. No la lluvia sobre un paraguas o algo por el estilo. Gotas. Distintas gotas. Cuando me lo dijo casi me muero. Yo la sentí".

Yankelevich dijo que muchas veces soñó con Romina y que fue a través de la terapia que logró canalizar eso que le pasaba. "Ahí tengo la historia de Romina, sueño algo, lo hablo y lo podemos relacionar a ella. El sueño fue lo primero, después encontré una ayuda espiritual. No de la religión, sino de fe en que la vida es eterna, que acá es una etapa y que de acá volvemos de donde vinimos", cerró.

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